Gente que se ha dejado llevar y ha suspirado,soñado,mordisqueado... **

Recomendaciones.

·Crónicas de un amor susurrado.Prólogo.Capítulos: 1 , 2 , 3 , 4 , 5. y 6(I).,6(II),7,8(I),8(II),8(III).
·El PORQUÉ Empecé Crónicas de Un Amor Susurrado,
Próximamente:
·Siempre sería esa chica del pelo Rojo.
El siguiente capítulo de Crónicas de un amor susurrado AQUÍ.

11 de septiembre de 2013

Adicciones.

> Son las cinco de la mañana y necesito un café para aguantar lo que me queda por delante. Más bien más de uno, pero no puedo permitirme estar tan histérica a estas horas de la mañana.
La cama sigue fría, no he dormido nada esta noche. Ni la anterior. Puede que tu ausencia influyera en algo de eso, pero ya las noches no las paso como las tres primeras. Llorando sin parar, casi sin saber por qué.
Han pasado unos meses y, aunque he empeorado en unas cosas, creo que he mejorado en otras.
Puede decirse que la amistad es lo único que te salva del desamor/decepción. Pero no es así, puede aliviártela, hacerte sonreír... pero tú eres la única persona que ouede arreglarlo todo, incluso a ti mismo.
Aunque te sientas rot@ llegará un momento en el que nadie lo note, porque no es que esquivar los problemas haga que se arreglen pero acabas siendo más fuerte para afrontar el dolor y las pérdidas.
Cuando pierdes algo que es demasiado importante para ti y que creías que era seguro... no aprecias las cosas de la misma forma. De hecho, hay cosas que te pierdas sin ni siquiera darte cuenta.
Entonces llega el momento en que te encuentras a ti mismo, que te recuerdas, que haces lo que te gustaba o lo que te gusta ahora, que te sientes bien y que sonríes sin saber por qué.
Porque no importa el tiempo que tardes en hacerlo, pueden ser meses o años,  pero solo tú puedes continuar adelante.  Solo tú.
 Son las cinco de la mañana, pero me he dado cuenta de que ya no te espero, ya no es como antes, esa sensación de que había que tenerte, que estar contigo, que era lo único que importaba.
Son las cinco de la mañana y me he dado cuenta de que solo eres un papel al que suelo recordar de vez en cuando, porque fueron buenos recuerdos.Pero a los papeles se los lleva el viento... y no voy a correr tras ellos, voy a seguir adelante.
Porque lo he superado, y creo, más adelante tendré la certeza, de que me lo merezco.
 >>> Para aquellos que estén sufriendo una decepción,  una pérdida de amistad o una ruptura, o una adicción. Los sentimientos son los mismos, solo hay que querer superarlo y ponerte a ello. <<

20 de agosto de 2013

¿Un comienzo o un final?

>
¡Hey,chic@s!Esta es una historia que decidí escribir,el resumen lo tenéis en su página Crónicas de un amor susurrado.,El primer capítulo aquí. y el segundo aquí.
Y si queréis ver como empezó todo,lo hizo con una minihistoria que podéis ver aquí.
Por favor dejad un comentario y,¡gracias por leer!^^

"Ha habido tantas chicas,tantas que no sé como contarlas.Unas tenías el pelo rubio,otras moreno,otras de color rojo....Y ninguna,ninguna me ha llegado como ella.Ella tan... impresionante.Siempre con tantas coas que contar,tantas historias que me hacían sonreír,y ahora que he estado a punto de perderla yo... no sé que haría sin ella.Después de todo lo que ha pasado..."
El chico la cogía entre sus brazos mientras estaban acostados en una cama del hospital.La muchacha estaba dormida pero ni si quiera sabía que él estaba allí.él la abrazaba desde atrás mientra acariciaba sus brazos, con gesto ausente.
"Si ella hubiera... no,no,no puedo pensarlo.No sé qué habría hecho." El chico se durmió con ella en sus brazos.

23 de mayo de 2013

A veces hace falta un descanso.

> La chica miraba incansadamente su libro, queriendo estudiar pero su mente no daba ya para más.Levantó la mirada de él y percibió a un muchacho mirándola enfrente suya, en su misma mesa.Le sonrió mientras él bebía de su café.
El joven se levantó y se fue, la chica suspiró y miró su libro, pero unos minutos más tarde notó el olor de un café como a ella le gustaba cerca.
-Te traje un café,parecías cansada...-comenta él sentándose al lado y volviendo a estudiar.
La joven sonríe tímida.Nunca le había pasado esto.
-Gracias de verdad-lo prueba y nota que es como realmente a ella le gusta.-Está cómo a mí me gusta.
-Lo sé, te sientas a mi lado siempre, sé qué café te tomas la verdad- se rasca la nuca- soy, más que nada, observador.-se sonroja nervioso y vuelve a los apuntes.
-Pero un café no va a arreglar esto- niega con la cabeza y se despeina un poco.-
El joven la mira y sonríe de medio lado.
-Quizás deberías tomarte un descanso, ¿quieres tomarte el café fuera?- el joven se ríe bajo-Te despejas mejor.
La joven se quedó pillada un momento, ¿debía aceptar?Tenía mucho que estudiar pero la verdad es que ya no se centraba.
Se levantó inconscientemente.
-Vale, ¿luego me ayudas a estudiar...?- bromea ella- Apuesto que hasta estamos en la misma clase.
-Supuse que no te habías fijado, pero sí.Vamos.-se queda mirándola mientras que ella guarda sus libros y salen al exterior.

22 de mayo de 2013

Por unos minutos de atención. (California's Girl)(1/2)

> Aquella era una noche fantasmal,tanto que pasear por las calles debía de ser un delito. La chica de pelo rubio, con su vestido ajustado y su abrigo rojo acampanado y abotonado hasta el cuello, totalmente cerrado, iba frotándose los brazos por el frío y creando vaho,tanto que hasta ella se fascinaba. Suspiró, debía de llegar a casa en menos de media hora, y si su padre supiera que hubiera estado por aquellas calles...oh, seguro que la mataría.
En su mente escuchaba la letra de una de sus canciones preferidas...
"Swinging in the backyard 
Pull up in your fast car 
Whistling my name"

La canción tan preciosa como sombría,como la misma noche. Se frenó un momento para agacharse porque a su bota se le había soltado un cordón. Negó con la cabeza, ni ella misma sabía qué hacía allí, no era tan divertido como parecía...
"Padres" pensó la muchacha "si no prohibieran estas cosas, no las haríamos" ríe interiormente.
Consigue hacer que el cordón esté lo suficientemente fuerte para que no vaya a volver a soltarse. Sigue con la canción en la cabeza mientras avista una farola a lo lejos. Empieza a oír unos pasos detrás de ella y aprieta sus manos en su abrigo rojo,nerviosa de pronto.
-¡Eh chica!-nota que alguien la agarra del brazo,y la muchacha intenta soltarse, para empezar a correr, pero no puede. Se da cuenta de que está rodeada, de varios hombres maduros, y mira al que le agarra el brazo. Se queda pálida de pronto, es... es..
-¡Ryan! ¿Merece la pena la chica?- pregunta uno de los que se mantiene en la oscuridad, mientras la joven nota como todos se vana acercando, como cerrando la trampa.
Aquel hombre, ni se llamaba Ryan ni pertenecía al barrio en el que estaba, y ella lo sabía.Lo conocía.
-Parece que no- comenta éste, soltándola para que pueda salir corriendo, culpable y tremendamente pálido.
La chica empieza a correr pero otro hombre la frena y le desabrocha el abrigo, rompiéndolo, y con él  parte del vestido que llevaba. La joven ha empezado a llorar sin darse cuenta mientras miraba al hombre pálido. 
-¡Pero si está buenísima!-comenta uno que parece ser más joven-Eh chica no llores, no vamos a hacerte nada malo...-la joven le escupe al que se acerca y le da un codazo al que la agarra.
Los hombres empezaron a acercarse.
-Uh, chica mala.- dice el que le agarraba mientras vuelve a cogerla.
La chica comienza a gimotear totalmente indefensa.¿Es que nadie iba a ayudarla? Gritó fuerte, como una niña pequeña.
-Y gritona también...-los hombres rieron pero les interrumpió una voz  masculina muy joven.
-¡Eh! ¿qué hacéis?- la  voz se iba a cercando con lentitud.
Los hombres lo escrutaron y,al ver su edad, siguieron riéndose.
-Hacerle eso a las chicas no es de ser caballeros,señores-comenta con un tono literario que le quedaba muy bien.
Los hombres rieron más alto. mientras daban palmadas.
-Ya no quedan caballeros,muchacho,deberías de saberlo.-dice un adelantándose-¿Tiene algún problema con lo que estamos haciendo o va a unírsenos?- le dice con retintín.
El joven levanta las manos y niega con la cabeza.
-Creo que aún sí quedan algunos, que yo conozca sí.- saca algo del bolsillo-Policía, deténganse, las manos arriba.-la placa brilla bastante en la tenuidad de la calle.
 Los adultos, acongojados en un primer momento, se quedan callados. Pero luego se tranquilizan y se escuchan sonidos de sacar armas, como si fueran navajas.
-Veo que nos tomas por tontos, caballerito- dice el mayor de todos con tono irónico, lo que provoca que los demás se rían.
El joven de la placa, se queda quieto, impasible, con el ceño fruncido y la expresión serena pero concentrada.
-Creo que no me ha entendido, le he dicho que soy policía.-suspira y niega con la cabeza-Estos adultos de hoy que ya no prestan atención..-con una mano se peina hacia atrás, los rizos se le había venido hacia delante y sus ojos verdes cogieron un tono encantador, pero con la otra saca su arma del pantalón, la carga con rapidez.- ¡He dicho que arriba las manos!
Los "caballeros" se quedan mirándolo,algo más nerviosos, pero el jefe sigue defendiéndose.
-Venga hombre... un muchacho con placa y pipa, ¡son de mentira!- el jefe se ríe aunque sin convicción.-
El muchacho los mira impasible, y niega con la cabeza.
-Como queráis, me estáis forzando a esto-levanta la pistola hacia el jefe.-Haced lo que queráis.-laza un tiro al cielo-De mentira,¿no?-El joven levanta la cabeza, mientras algunos salen corriendo tan rápido como pueden y el joven dispara a sus pies, al final todos acaban huyendo. Hasta el hombre pálido.
El muchacho sonríe al verlos irse y se lleva la pistola a la boca, para soplarle.La muchacha hasta ahora quieta, y atenta ríe un poco flojo mientras se pone como puede el vestido y el abrigo. Al fin y al cabo, un payaso debía de ser.
El joven se le acerca y le pone una mano en el hombro, ella se aleja involuntariamente.
-Eh, tranquila, estás bien, estás a salvo, juro que no te haré nada, te llevaré a casa-dice tendiéndole el brazo para que se lo agarrara.La joven lo mira impasible.Desde aquella noche, se prometió que iba a ser muchísimo más fuerte.
EL joven, al ver que ella no reacciona, se quita la cazadora de cuero y se la pasa,la joven la coge, como puede, deshaciéndose del abrigo.
-puedes ponerte mi abrigo si quieres aunque...-lo mira sonriendo tanto como es capaz.
el joven levanta una ceja y luego sonríe de medio lado.
-Graciosas me tenían que tocar, graciosas me tenían que tocar...
Ambos se ríen juntos y ella camina a su lado, hasta el coche de él. Cuando llegan, él se para, y le abre la puerta del coche.
-Tranquila-dice al ver que ella duda-No me van las niñatas.-dice con algo de broma en su voz.
Ella bufa y se mete en el coche.
-Ni a mí los payasos inmaduros.- se sienta y se pone el cinturón.Iba a confiar en él lo justo.
Él se peina un poco tras sentarse y pone las llaves en el contacto.
-Ya veremos.-dice con una suave risa-No serías la primera ni la única que cae bajo mis encantos...
La joven lo mira lentamente y luego suspira, era un payaso de más de veinte años, de piel muy morena y de rizos negros cortos. Luego estaban sus ojos, impresionaban demasiado, demasiada convicción y pasión en ellos, mucho brillo que podría iluminar hasta el más lúgubre bosque.
-¿Desde cuándo se vuelve a decir "encantos"?-reprocha ella abriendo la ventana y mirando al exterior.
El joven asintió conforme, estaba desfasado y lo sabía.
-En fin,¿ desde cuándo eres poli?
El joven ríe con bastantes ganas mientras, con la mano izquierda pone el coche en funcionamiento y la radio después, con un volumen muy bajo.
-Desde nunca, me he marcado un farol, un farol de los buenos. Bueno, supongo que vives en la zona alta de California, ¿me dices la dirección?- la joven lo mira ceñuda, entonces no debía confiar.-Para llevarte vaya, si quieres claro..-bromea de nuevo.
Pero esa risa parecía sincera.
-Lo primero, deberías dar la vuelta.-dice ella aguantando la risa un poco.
El joven se da en la cabeza a modo de disculpa y se dispone a darle la vuelta al coche.
-Bien, rumbo a casa, tú diriges, nena.- comenta él con sorna.
-Vale,nene-payaso-inmaduro...-dice ella devolviéndosela.
El joven frena el coche y la mira perverso.
-¡Repite eso!
Ella niega con la cabeza mientras sonríe y se pone el pelo detrás de la oreja,chicos como éstos podía manejarlos.
-Payaso...
-No, eso no..
-Inmaduro..
-¡Nadie me llama así!
-Pues lo eres.
-¡No me conoces!-dice poniendo el coche de nuevo en marcha.-
-No Hace falta.
Dicho esto ambos empiezan a reírse  y se quedan callados, mirando la carretera.Suena Video Games.La muchacha empieza a silbar las primeras notas y luego vuelve a cantar, mientras él la observa de vez en cuando y la escucha con gusto y atención.
La noche que quedaba era larga...

20 de mayo de 2013

La chica del piano.

>
Rubén recordaba cada tarde que se quedaba mirándola, distraído por la ventana de su cuarto en el segundo piso. La muchacha era apasionada con el piano, todos los días le dedicaba unos pequeños minutos. Pequeños minutos que Rubén aprovechaba con sencillez, se dedicaba a mirarla, a mirar como se tensaban sus músculos,como se inclinaba su cabello hacia delante,como negaba con la cabeza cuando ella creía que no la tocaba bien..Pero el joven lo desaprobaba, ¿es que no se daba cuenta de la magia que salía de aquel piano? Era impresionantemente buena tocándolo.El joven suspiró con fuerza. Desearía querer acercarse.
****
La joven levantó la cabeza, para colocar bien la partitura,se echó la melena hacia un lado para estar más cómoda y le echó un vistazo suave y discreto hacia la ventana de la casa de al lado.Su vecino volvía a observarla, le parecería asqueroso si no fuera por la manera en que la miraba,la joven levantó la cabeza de nuevo hacia la partitura.Debía concentrarse, deslizó los dedos por el piano mientras cerraba los ojos  y notaba el viento agitando su cabello.En la última nota se equivocó de tecla.Negó con la cabeza y se levantó de la silla justamente cuando Rubén abría la ventana.
Cassidy ni siquiera lo notó, iba tan deprimida y frustrada  que suspiraba mirando el suelo, era lo mejor dejarlo por hoy.No había hecho más que equivocarse.
Rubén adelantó la cabeza por la ventana, arrepintiéndose de no haberle dicho lo que pretendía, que lo hacía muy bien.Que a él le encantaba, en realidad toda ella le encantaba.No podía decir qué le fascinaba de ella.
Cassidy suspiró, intranquila, seguro que su vecino pensaba mal de él, levantó la cabeza  hacia la ventana y lo vió ahí, mirándola, se sonrojó levemente mientras sonreía, levantó la mano y más lanzada que nunca antes, lo saludó con ella.
Rubén se golpeó la cabeza con la ventana, sonroja y se cayó dentro de la habitación. Cassidy, se ríe un poco, y al ver que tarda en salir, entra en la casa, algo preocupada y culpable.
Cuando el joven sacó de nuevo la cabeza  para mirarla,ella ya no estaba allí,seguro que habría pensado que era tonto e idiota,suspiró y volvió a golpearse la cabeza con el marco de la ventana a la vez que se oía el timbre de la casa.
Rubén se tropezó con la puerta y salió corriendo de la habitación.
-Hola Cassidy-escuchó el joven la voz de su madre-¿Qué te trae por aquí?
La voz de su madre le puso nervioso, si ella estaba aquí... se peinó un poco en el reflejo del espejo de las escaleras.Suspiró.Bien,allá vamos, se dijo interiormente.Empezó a bajar por ellas hasta que escuchó la voz de su vecina.
-Vengo a ver a su...-la frase de ella se quedó cortada porque el joven se había caído por las escaleras-¡Rubén!-gritaron la muchacha y la madre a la vez mientras se acercaban, la joven se arrodilló para examinarle.
-Voy a por el botiquín...-dice la madre disimulando mientras cierra la puerta y se dirige al salón de la casa.
-Rubén, ¿estás bien? -el joven levantó la mirada del suelo y vio sus cabellos rojos derramados por su piel pálida, no fue capaz de mirarla a los ojos, volvió al suelo.-Me he preocupado cuando te has dado el golpe y...- él se sonrojó aún más, no había pensado que era idiota, o quizás sí, pero se había preocupado en venir a verle.-buscaba una razón para venir a verte.-suelta ella de repente sin timidez y con una sonrisa.
-Pues estoy bien...- comenta él mirándola y sonriéndole, mientras se rasca la nuca de puro nerviosismo.Pero el comentario no había sido acertado.-Gracias por preocuparte, pero...-la chica lo miró con sus ojos marrones inquisitivos.-Lamento que me veas haciendo totalmente el ridículo...
La joven niega con la cabeza y uno de sus mechones de pelo roza la cara de él,está bastante suave.
-No lo has hecho, te has caído, como yo miles de veces en el día, es normal.-suspira y se levanta un poco el vestido para enseñarle unos tacones rojos acordes con el vestido.-Tener estos pies tan delgados nunca es bueno.
El joven se sentó en la escalera intentando desviar la mirada de sus piernas.Ella dejó caer de nuevo el vestido y le tomó la barbilla.
-¿Entonces estás bien?
El joven escuchaba otras palabras en vez de esas en su mente. "Y... buscaba una razón para venir a verte." Sonrió y la miró a los ojos.
-Ahora perfectamente-se incorpora un poco y se lleva la mano a la espalda-Quitando todo el dolor...-la mira de reojo y sonríe de soslayo.-Necesitaría un masaje..
Ella sonríe y se echa a reír, él la observa cómo se ríe, poniéndose colorada.Acaban los dos riéndose.
-Qué maleducado soy, ¿quieres pasar al salón?- le hace una reverencia intentando que vuelva a reír, cosa que consigue.
-Sí,claro,gracias.-ambos entran al salón.
Y allí empezaría una amistad llena de sentimientos...que solo ellos entendían. porque pronto descubrirían que eran tan gotas de agua como distintos..


19 de mayo de 2013

El bosque de la Inocencia.

> La pequeña hadita llamada Gloria, corría al lado de los árboles con su pequeño corazoncito que iba a salírsele del pecho. Mientras sus pequeños pies descalzos iban por la pradera, descuidados porque sabía que no había zarzas,sus cabellos,que llegaban hasta sus pies dejaban un rastro rojo tras ella, como si fuera una capa de color vivo.
Algo había pasado, eso notaba, pero no podía percibir qué era, además con los nervios había acabado tomando unos caminos erróneos y se había perdido.
Ahora estaba sola y perdida en la gran vegetación. Se paró de pronto para recuperar el aire. ¿Qué podía haber pasado? Se preguntó por enésima vez.
Un humano del triple de altura que ella la descubrió y la miró, con el miedo y confusión reflejado en todas sus facciones. El hadita se quedó mirándolo fijamente, intentando no moverse para ver si pasaba desapercibida,pero los nervios y el cansancio por la carrera parecían haber mermado sus defensas y por tanto sus hechizos. Suspiró interiormente mientras veía al joven o a la joven, la pequeña no distinguía aún entre los humanos, acercarse a ella que seguramente había quedado tremendamente interesado por sus alas de color vivo, de un verde esmeralda. Las alas era la parte más preciada de un hada, y la más frágil, por eso los humanos solían quedarse fascinados de ellas.
El joven se agachó y la miró aún extrañado, ¿era una flor lo que estaba viendo? Porque lo parecía. Gloria dudó unos minutos, ¿debía moverse o no? ¿Debía confiar? En el bosque se  prohibía el trato directo con humanos, pero ella no entendía porqué, parecían tan hermosos y afables...
Pero las apariencias no lo son todo.
El joven acarició el pelo de ello, y se alejó,un poco sorprendido, estaba suave, como nada que había tocado antes en aquel bosque.
Eso no era una flor, la supuesta flor se movió, meneando la cabeza y empezó a atusarse los cabellos. Aquel humano la había despeinado, pero supuso que no lo había hecho queriendo.
Se acercó un poco a él y lo observó. Después de tantas cosas que le habían pasado, le costaba volver a confiar, y menos en algo que despertaba tanto su interés y tan desconocido a la vez. Era peligroso, pero Gloria decidió arriesgarse. Aun sabiendo que podría acabar haciéndole daño, dio dos pasos y extendió su pequeña manita.
-Soy Gloria, Flor del bosque y encargada del cuidado de las rosas y todas las flores rojas. -el joven la miró extrañado, su voz parecía encantadora, pero incluso una cosita tan pequeña podría hacerle daño.
La pequeña hadita miró como el joven se levantaba y desaparecía por la espesura.
Bien, otra herida más en lo que llevaba de vida, al fin y al cabo no importaba..¿o sí? Los ojos del humano eran terriblemente marrones y bonitos, mientras que los de ella eran mucho más claros, del color de la miel.. Quizás se había asustado,quizás no quería hacerle daño...

Dos puntos de vista.(1/2)

> El fantasma se sentía solo en la oscuridad de aquella cueva que le era tan conocida,aunque antes era lugar de refugio para dos enamorados, ahora parecía vacía y solitaria.
Los ruidos no atenuaban  los pensamientos y sentimientos lúgubres del Fantasma,ni siquiera sabía porqué había vuelto.
Dejó la bolsa con provisiones que había traído y luchó contra los remordimientos que se estaban creando en su interior, porque nada estaba como lo recordaba.Todo desolado, roto y acabado, como se sentía ahora mismo él.
Se sentó en el suelo para dividir las provisiones en dos, mientras lo hacía no dejaba de pensar en todo lo que había dejado atrás y en cómo estaría todo ahora, después de tanto tiempo. Si estaba como aquella cueva, mejor debería irse sin verlo. Suspiró hondamente. No podía echarse atrás, había venido por lo que había venido y debía continuar, por mucho que doliera todo lo que tenía que pasar.
Se levantó, y guardó las reservas detrás de una roca, bien escondidas.Empezó a andar hacia la salida de la cueva, iba a tener que entrar desde fuera de la ciudad, pero iba a tener que ser bueno escondiéndose, porque no podían descubrirlo.
Al salir de la cueva, la luz hizo que le dolieran los ojos, por lo que tuvo que protegérselos con la mano, esto hizo que casi se le cayera el sombrero de vaquero.En el  último momento, el fantasma  consiguió recuperarlo. Para acostumbrarse a la luz se quedó rezagado, en una zona cercana a la salida, cerrando y abriendo los ojos de vez en cuando. En una de estas veces, la imagen de una muchacha de tez pálida, pero muy bien cuidada, de ojos azules inquisitivos y con el pelo de color rubio ceniza, se le apareció en frente de él. EL fantasma alzó la mano para alcanzarla, empezó a andar para acercarse, pero cuando quiso percatarse, allí no había nada.
Negó con la cabeza, no comprendía nada, él nunca había sido víctima de las visiones así que, ¿porqué ahora sí? Suspiró, debía de ser la cercanía del fin de todo su viaje y todo lo que había andado deseando.
Salió de la cueva con los ánimos un poco bajos y se echó la bolsa con las reservas restantes a la espalda, esto iba a ser duro, así que tenía que prepararse tanto mental como físicamente.
Tragó saliva mientras recorría la ciudad por los pequeños pasillos que sabía que eran totalmente seguros, o al menos antes lo eran.La sensación de sentirse como una rata  a punto de ser cazada no ayudaba mucho pero forzó  a su mente a ser objetiva.No debía dejarse llevar por el miedo, ahora que estaba en casa todo iba a ser diferente.
Avanzó, poco a poco y con mucho cuidado, hasta que encontró que el murmullo de la gente había desaparecido, miró hacia edificio que tenía enfrente, era el Bar Taloon , uno de los mejores y casi únicos lugares donde podías tomarte una buena copa de licor en aquella época. Se armó de fuerzas para cruzar la calle tranquilamente, evitando que tragar el polvo que el viento del Oeste levantaba, y ocultarse en uno de los pasillos entre la casa y el Bar.
Si mal no recordaba, había una entrada trasera que nadie solía utilizar, adelantó los pasos, pequeños y casi silenciosos debido a sus botas nuevas, hasta que alcanzó la puerta.Esta no hizo mucho ruido al abrirla, el fantasma observó dentro con precaución, aunque se sentía cómo en casa no podía olvidar que nadie le querría allí, y que podían atraparle en cualquier momento. Al ver todo tan tranquilo, supuso que la gente estaba fuera, en la barra del bar,suspiró un poco más tranquilo y adelantó por la atestada cocina, sin separase de las sombras para estar a salvo.Cuando atravesó toda ella sin accidentes ni encontronazos, se quedó un poco más tranquilo, pero algo le decía que había algo raro allí, algo no iba bien.
La puerta de la cocina, la que llevaba a la barra estaba abierta ligeramente, lo que le ayudaba a observarlo todo sin miedo de ser descubierto. Se acercó lentamente y observó que no había ningún ruido y el bar estaba totalmente vacío. Era extraño, era lo mejor de la ciudad, a estas horas debía de estar lleno.Salió de la cocina con mucho cuidado y se escondió cercano a las paredes para observarlo todo pero sin ponerse en peligro.Nada, ningún ruido. Aquello ya rozaba la extrañeza total, el hombre frunció el ceño, delante de sí tenía la puerta de los servicios, y había avistado que tampoco había nadie en la barra, a pesar de que la cocina estaba repleta de comida sin terminar.Y no había olido a nada rancio así que aquello había sido reciente, ¿qué podría haber pasado?
Observó la mesa con lentitud, era como una especie de barril cortado desigualmente y con algunos agujeros, en concreto dos. Recordaba  que el mismo propietario del bar lo había cortado con un hacha.Luego tenía una especie de tabla sujeta con clavos a la parte superior.
Adelantó unos pasos hacia la barra y la primera mesa que tenía en frente, si mal no recordaba esta tenía...Un ruido proveniente de los baños interrumpió sus pensamientos, sabía lo que hacer.Así que con la rapidez que le caracterizaba se introdujo en la mesa por uno de los agujeros que tenía, le costó pero entró a tiempo. Sin embargó notó un ruido metálico,algo que le faltaba. El anillo, empezaba a escuchar las pisadas cada vez más cerca y alargó la mano para coger el anillo que casi perdía.
Siguió esperando el momento en que se abriera la puerta, casi inmóvil, porque una de sus manos buscaba algo inquietamente, pero no lo encontraba.
Reconoció el sonido de las espuelas cercano a la mesa, eran las del Sheriff, no podía ser las de otra persona.No tenía tiempo, sabía que el primer lugar donde él miraría sería en la mesa. Se inquietó, debía de forzarlo ya que no lo encontraba,apretó el codo contra la madera, la que cedió con un pequeño crujido y la sensación de que algo caía. El fantasma se sumergió en una especie de oscuridad y casi se cae por las escaleras,con torpeza apretó el suelo falso de madera contra el orificio que este había dejado, buscando con las manos  el pestillo que este tenía, peor no lo encontraba.Debía de haberse roto con el golpe, entonces pensó en alguna otra manera de dejarlo cerrado, buscó su cuerda en la maleta que estaba por los suelos,  e hizo un nudo bastante fuerte. Esperaba que aguantara, su vida dependía de ello.
Un ruido le alertó, y cómo había supuesto el sheriff le había oído y había tirado la puerta.Empezó a correr por el túnel en el que había caído, necesitaba salir de allí cuanto antes.
Tras varios minutos incansables, llegó a donde estaba en el principio.La cueva a la que había llegado antes. Se preguntaba porqué ni siquiera el padre de Luisa estaba en el bar, algo debía de haber pasado..
El hombre se temió lo peor, pero sin embargo volvió a salir de la cueva, esta vez sin ilusiones ni apariciones y se encaminó a los callejones del lado contrario a los que había recorrido antes.la casa de Luisa estaba en el tercer callejón, su corazón palpitaba fuertemente.
Se paró en el tercero, la ventana que había en él le dejó ver que había movimiento así que se acercó a gatas hasta la puerta,debía de...
-¿Qué...haces tú aquí...Johnny el Botas?
¡Diablos!Ahora todo se había perdido,¿quién era aquella persona que le había descubierto?



17 de mayo de 2013

¿ángel o demonio?

> Aria levantó la cabeza, para mirar a su Amiga y se llevó la mano a la frente, que estaba perlada de sudor, intentando mantenerse serena. Esta situación la desquiciaba.
-Me estás diciendo que sigues sin verlo..¿es eso?
La muchacha aún no podía creerlo, todas las cosas que había hecho se estaban quedando en nada ahora mismo, tenía valor lo que hacía otra persona antes que lo suyo. Lo peor era que se sentía impotente.
-Es que no entiendo qué tengo que ver, ¿qué quieres que vea?
Aria se llevó las manos a los labios y se los presionó con fuerza, dolida y frustrada.
-Ella no es quién crees-levantó la mano para dirigirla a la muchacha que tenía en frente, que permanecía en las sombras, observándolas.-Y no me molesta que te lleves con ella, que pases tiempo con ella, lo que me molesta es que me trates diferente a lo que la tratas a ella. En el mal sentido.
La Amiga levantó una ceja como solía hacer normalmente.
-Quieres que deje de llevarme con ella...-la joven no terminó la frase.
Pero Aria negó con la cabeza mientras se llevaba la mano al pecho, le estaba empezando a doler.
-No, lo que quiero es que no eches todo por tierra por un fallo, ya no me tratas como antes y he comprobado que ella es algo...Sobrenatural.
-¿Como qué?¿Alguna de tus absurdas historias que tanto inventas?-la joven siguió negando con la cabeza.
Aria se mantuvo firme, presionando cada vez más el pecho, que parece entumecérsele.
-Puede...-la miró fijamente.-últimamente te noto más rara, no soy la única que lo ha notado, así que no son imaginaciones mías,puede que te comportes con ellas de otra manera,pero conmigo ahora eres distinta.
Aria se llevó una de las manos que presionaba su pecho, ahora manchada, hacia la frente para serenarse, mientras procura continuar con lo que estaba diciendo,tragó saliva fuertemente.
-Me ocultas las cosas que piensas, para luego echármelas en cara, sabes que lo más importante para mí es la sinceridad y parece que la utilizas para hacerme daño.-suspiró y se apoyó en la pared, la otra joven la miró indiferente. Mientras que la que permanece en las sombras parecía tener una mirada perversa y una sonrisa que su amiga no podía ver.-Bien, tenía que decirlo.
La amiga  asintió  como si escuchara una misa sin comprender o,al menos, tan impasible como una estatua.¿Era eso lo que había pasado? Se habían cerrado tanto en algo que les venía tan grande... que ahora todo se había quedado así, frío, sin nada que recordar, sin nada bueno que recordar...
-No he escuchado tus acusaciones hacia ella, en ningún momento de la parrafada que me acabas de soltar.
Bien parecía que, aunque estaban cara a cara y todo de alrededor estaba tan oscuro como la mente de Aria, se estaban mandando mensajes, y cómo ella siempre sentía no leía ni entendía la mitad de lo que le decía.
Suspiró y miró a la muchacha que su  amiga no veía.
-No me importa que ella lo sepa, que sepa que te lo he contado,que esté presente o quizás no.-la frente cada vez le sudaba más y el dolor se acentuaba, miró sus manos, le quedaba poco tiempo.-Lo que importa es que ella es un Demonio.
La joven dejó de asentir y la miró confusa por un momento, luego rompió a reír.
-Ella ha intentado hacerte daño, y te he protegido, pero ya no voy ni puedo protegerte más, no soy un demonio, no tengo vida ilimitada y sangro, duele, duele todo esto.Sé que no lo entiendes, pero ten  mucho cuidado porque es lo que quería decirte.
La joven se había parado de pronto y se acercó a Aria, algo seria y preocupada.
-¿Se supone que te crees todo eso que me acabas de decir?-Aria tose un poco-Aria,estás muy pálida, todos esos nervios y tensiones, esos malos ratos que te has llevado por cosas que no nos incumben, cosas que no son nuestras, no te está sentando bien..-Aria se dejó llevar hacia atrás, dejándose caer por la pared.
-¿Aún no lo ves verdad?Soy un ángel negro, puede que te haga daño, pero no soy como esos demonios que  no sienten nada, quizás solo odio, envidia e incluso indiferencia hacia lo que somos,pero para nada amor, y como mucho menos, amistad.Yo soy un ángel negro, hija de la Estirpe de Lucifer,no directa, pero cercana.
Suspiró y volvió a tragar saliva, le costaba respirar.
-Y  no he querido hacerte daño con ninguna de las cosas que he hecho, aunque lo pareciera, solo quería ser buena amiga.Hasta que elegiste sin tener que elegir y supe, por tu cambio de trato que no había sido a mí.-Aria notaba los cabellos dispersados por su cara, cada vez más sudorosa, y cómo el vestido se iba manchando de lo que estaba intentando ocultar.
-Aria,¿de qué hablas?Yo te trataba como siempre..
La joven negó con la cabeza mientras el vestido blanco se iba confundiendo con un color rojo, el de la  sangre,más oscura porque era un ángel negro.
-No, no lo hacías, supongo que sería porque me tenías que ocultar cosas para no hacerme daño, pero me hacías más ocultándomelas y actuando a mis espaldas, admito que debería dejarte claro que no volvería por mucho tiempo que pasara, pero compréndeme no podía seguir ahí....Pensaba que me comprendías, pero he acabado viendo que no.Soy yo siempre la que tengo que estar encima, siempre dando... y nunca es suficiente.-Aria tosió de nuevo y suspiró después, le quedaban menos de unos minutos.-
Aria notaba su mente cada vez más ligera, pero debía seguir advirtiendo a su amiga.
-Solo quiero que sepas que los demonios no sangran, pero se desvanecen  cuando haces algo que no se esperaban y que,desprevenidamente, les causa dolor, tanto que no pueden soportarlo y se dejan llevar por la marea..-Aria ya se sentía que estaba delirando.-Solo te he protegido por que ella ha intentando hacerte daño, no sé si suponía que me lo iba a hacer a mí porque te protegería pero me he cansado...ya no puedo tirar de todo esto-Aria apoyó la cabeza en la pared y suspiró,cerrando los ojos, esperando encontrar una paz para su tremenda tortura, echaba de menos de dónde había salido, de la causa de la adicción que ahora estaba teniendo que afrontar. Pero no se quedaba ahí, estaba ese dolor, ese que le estaba encharcando el vestido tornándolo sucio y difícil de mirar sin ponerse mala, que la que la estaba matando por dentro.

Cuando conseguía olvidarlo todo,  hacía falta un recuerdo feliz, o todo lo contrario para que se le hiciera el camino una terrible cuesta hacia arriba y con mucha pendiente.
"Incluso aun cuándo duermas, mantén tus ojos abiertos"
Aria,abrió los ojos, y vio a su amiga, sentada al lado, hablándole, examinándole el vestido, preocupada.Pero ya era demasiado tarde,ya no tenía arreglo, o eso creía.

-No....tengo que decirte nada más.-dijo incapaz de escuchar lo que su amiga le estaba diciendo-No puedo más, no sé si esto ha sido una amistad o simplemente compañeras...Pero quise ser tu amiga, una buena amiga, con todas mis fuerzas, y ahora solo me siento todo lo contrario, pero no importa... ya no importa...-la voz de Aria acabó rompiéndose y ella cerró los ojos.
Ahora se encontraba en una oscuridad lejana, con el abismo por delante, debía decidir, o caía o se levantaba desde donde estaba por mucho que le costara.
La decisión era un tanto difícil, ¿iba a ir por lo fácil y a rendirse después de haber llegado tan lejos?No podía volver a lo que estaba haciendo antes, que era lo que le había causado estar tal y como estaba ahora. Pero Aria levantó la cabeza,decidida, mordiéndose el labio. No podía rendirse, no iba a hacerlo.
Aria sabía, que si podían ayudarla o no, la persona que estaba con su amiga y la chica de la oscuridad, había muerto, y con ella todas sus esperanzas, ahora solo le quedaba volver a ser la persona que era antes, y superarlo todo aunque doliera mucho, aunque tuviera que parecer fuerte y no contarle a nada por lo que estaba pasando.
***
-Aria,cariño, ¿estás bien?-la voz de su madre la sacaba de las sombras, sabía que no iba a poder aferrarse a ella siempre, pero por un momento le pareció como un bálsamo salvador y se dejó acoger por ella.-la bala se alojó en una de tus pequeñas y negras alas, y te hizo perder mucha sangre, pero te recuperarás.-notó la mano de su madre acariciándole el cabello.
Aria asintió aún dolorida, el dolor no estaba ahí fuera, el dolor seguía dentro y ella sabía que iba a estar bastante tiempo ahí, comiéndola por dentro, pero sobreviviría.Contaba con ello.
-Necesito... un abrazo.- comenta sin fuerzas, y le sonríe un poco a su madre.
-Está bien hija, intentaré no hacerte daño.-la muchacha notó las suaves manos de su madre apretándole la espalda, la hija que llevara rara un largo tiempo y que trataba mal a sus familiares.
Cuando su madre la abrazó, ella empezó a llorar sin controlarlo y, aunque sentía un poco de dolor en la espalda, no le importó, su madre nunca intentaría herirla, solo ayudarla.
E iba a seguir adelante, lo necesitaba por todas las personas que ahora iba a dejar atrás, por todas las personas que dejaría, tanto por el bien de ellas como el suyo propio...
Y lo más importante, nunca se rendiría.
 Aria, el ángel negro de cabellos rojos.

6 de mayo de 2013

> Echo de menos ser ella y sentirse tal y como ella se sentía, pero hay que seguir adelante supongo. -Suspiro-

5 de mayo de 2013

> Estoy harta ya de enterarme de cosas que no quiero, solo quiero no saber nada. ¿es mucho pedir?Yo creo que no.