Gente que se ha dejado llevar y ha suspirado,soñado,mordisqueado... **

Recomendaciones.

·Crónicas de un amor susurrado.Prólogo.Capítulos: 1 , 2 , 3 , 4 , 5. y 6(I).,6(II),7,8(I),8(II),8(III).
·El PORQUÉ Empecé Crónicas de Un Amor Susurrado,
Próximamente:
·Siempre sería esa chica del pelo Rojo.
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19 de mayo de 2013

Dos puntos de vista.(1/2)

> El fantasma se sentía solo en la oscuridad de aquella cueva que le era tan conocida,aunque antes era lugar de refugio para dos enamorados, ahora parecía vacía y solitaria.
Los ruidos no atenuaban  los pensamientos y sentimientos lúgubres del Fantasma,ni siquiera sabía porqué había vuelto.
Dejó la bolsa con provisiones que había traído y luchó contra los remordimientos que se estaban creando en su interior, porque nada estaba como lo recordaba.Todo desolado, roto y acabado, como se sentía ahora mismo él.
Se sentó en el suelo para dividir las provisiones en dos, mientras lo hacía no dejaba de pensar en todo lo que había dejado atrás y en cómo estaría todo ahora, después de tanto tiempo. Si estaba como aquella cueva, mejor debería irse sin verlo. Suspiró hondamente. No podía echarse atrás, había venido por lo que había venido y debía continuar, por mucho que doliera todo lo que tenía que pasar.
Se levantó, y guardó las reservas detrás de una roca, bien escondidas.Empezó a andar hacia la salida de la cueva, iba a tener que entrar desde fuera de la ciudad, pero iba a tener que ser bueno escondiéndose, porque no podían descubrirlo.
Al salir de la cueva, la luz hizo que le dolieran los ojos, por lo que tuvo que protegérselos con la mano, esto hizo que casi se le cayera el sombrero de vaquero.En el  último momento, el fantasma  consiguió recuperarlo. Para acostumbrarse a la luz se quedó rezagado, en una zona cercana a la salida, cerrando y abriendo los ojos de vez en cuando. En una de estas veces, la imagen de una muchacha de tez pálida, pero muy bien cuidada, de ojos azules inquisitivos y con el pelo de color rubio ceniza, se le apareció en frente de él. EL fantasma alzó la mano para alcanzarla, empezó a andar para acercarse, pero cuando quiso percatarse, allí no había nada.
Negó con la cabeza, no comprendía nada, él nunca había sido víctima de las visiones así que, ¿porqué ahora sí? Suspiró, debía de ser la cercanía del fin de todo su viaje y todo lo que había andado deseando.
Salió de la cueva con los ánimos un poco bajos y se echó la bolsa con las reservas restantes a la espalda, esto iba a ser duro, así que tenía que prepararse tanto mental como físicamente.
Tragó saliva mientras recorría la ciudad por los pequeños pasillos que sabía que eran totalmente seguros, o al menos antes lo eran.La sensación de sentirse como una rata  a punto de ser cazada no ayudaba mucho pero forzó  a su mente a ser objetiva.No debía dejarse llevar por el miedo, ahora que estaba en casa todo iba a ser diferente.
Avanzó, poco a poco y con mucho cuidado, hasta que encontró que el murmullo de la gente había desaparecido, miró hacia edificio que tenía enfrente, era el Bar Taloon , uno de los mejores y casi únicos lugares donde podías tomarte una buena copa de licor en aquella época. Se armó de fuerzas para cruzar la calle tranquilamente, evitando que tragar el polvo que el viento del Oeste levantaba, y ocultarse en uno de los pasillos entre la casa y el Bar.
Si mal no recordaba, había una entrada trasera que nadie solía utilizar, adelantó los pasos, pequeños y casi silenciosos debido a sus botas nuevas, hasta que alcanzó la puerta.Esta no hizo mucho ruido al abrirla, el fantasma observó dentro con precaución, aunque se sentía cómo en casa no podía olvidar que nadie le querría allí, y que podían atraparle en cualquier momento. Al ver todo tan tranquilo, supuso que la gente estaba fuera, en la barra del bar,suspiró un poco más tranquilo y adelantó por la atestada cocina, sin separase de las sombras para estar a salvo.Cuando atravesó toda ella sin accidentes ni encontronazos, se quedó un poco más tranquilo, pero algo le decía que había algo raro allí, algo no iba bien.
La puerta de la cocina, la que llevaba a la barra estaba abierta ligeramente, lo que le ayudaba a observarlo todo sin miedo de ser descubierto. Se acercó lentamente y observó que no había ningún ruido y el bar estaba totalmente vacío. Era extraño, era lo mejor de la ciudad, a estas horas debía de estar lleno.Salió de la cocina con mucho cuidado y se escondió cercano a las paredes para observarlo todo pero sin ponerse en peligro.Nada, ningún ruido. Aquello ya rozaba la extrañeza total, el hombre frunció el ceño, delante de sí tenía la puerta de los servicios, y había avistado que tampoco había nadie en la barra, a pesar de que la cocina estaba repleta de comida sin terminar.Y no había olido a nada rancio así que aquello había sido reciente, ¿qué podría haber pasado?
Observó la mesa con lentitud, era como una especie de barril cortado desigualmente y con algunos agujeros, en concreto dos. Recordaba  que el mismo propietario del bar lo había cortado con un hacha.Luego tenía una especie de tabla sujeta con clavos a la parte superior.
Adelantó unos pasos hacia la barra y la primera mesa que tenía en frente, si mal no recordaba esta tenía...Un ruido proveniente de los baños interrumpió sus pensamientos, sabía lo que hacer.Así que con la rapidez que le caracterizaba se introdujo en la mesa por uno de los agujeros que tenía, le costó pero entró a tiempo. Sin embargó notó un ruido metálico,algo que le faltaba. El anillo, empezaba a escuchar las pisadas cada vez más cerca y alargó la mano para coger el anillo que casi perdía.
Siguió esperando el momento en que se abriera la puerta, casi inmóvil, porque una de sus manos buscaba algo inquietamente, pero no lo encontraba.
Reconoció el sonido de las espuelas cercano a la mesa, eran las del Sheriff, no podía ser las de otra persona.No tenía tiempo, sabía que el primer lugar donde él miraría sería en la mesa. Se inquietó, debía de forzarlo ya que no lo encontraba,apretó el codo contra la madera, la que cedió con un pequeño crujido y la sensación de que algo caía. El fantasma se sumergió en una especie de oscuridad y casi se cae por las escaleras,con torpeza apretó el suelo falso de madera contra el orificio que este había dejado, buscando con las manos  el pestillo que este tenía, peor no lo encontraba.Debía de haberse roto con el golpe, entonces pensó en alguna otra manera de dejarlo cerrado, buscó su cuerda en la maleta que estaba por los suelos,  e hizo un nudo bastante fuerte. Esperaba que aguantara, su vida dependía de ello.
Un ruido le alertó, y cómo había supuesto el sheriff le había oído y había tirado la puerta.Empezó a correr por el túnel en el que había caído, necesitaba salir de allí cuanto antes.
Tras varios minutos incansables, llegó a donde estaba en el principio.La cueva a la que había llegado antes. Se preguntaba porqué ni siquiera el padre de Luisa estaba en el bar, algo debía de haber pasado..
El hombre se temió lo peor, pero sin embargo volvió a salir de la cueva, esta vez sin ilusiones ni apariciones y se encaminó a los callejones del lado contrario a los que había recorrido antes.la casa de Luisa estaba en el tercer callejón, su corazón palpitaba fuertemente.
Se paró en el tercero, la ventana que había en él le dejó ver que había movimiento así que se acercó a gatas hasta la puerta,debía de...
-¿Qué...haces tú aquí...Johnny el Botas?
¡Diablos!Ahora todo se había perdido,¿quién era aquella persona que le había descubierto?



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Acepta que todo viene y se va,con brevedad.
Un mordisquiito duulce *,..,*